Naturaleza del significado

El significado es una categoría lingüística. Todos los problemas vinculados al significado de las diferentes unidades lingüísticas, ya sean léxicas o gramaticales: palabras y sus formas, frases, oraciones o sucesión de oraciones (contexto lingüístico) – su polisemia, sinonimia, antonimia, homonimia – se estudian en la rama de la lingüística que es la semántica. El significado, como categoría lingüística, tiene naturaleza histórico-social. Esto quiere decir que el significado de cualquier unidad lingüística siempre tendrá carácter objetivo para una comunidad socio-cultural, puesto que “El significado es una forma socialmente codificada de la experiencia social” (Леонтьев А.Н., 1972: 136). Cualquier tipo de significado tiene su referencia en la realidad, aunque esta última sea imaginada. Una sucesión de enunciados que esté correctamente constituida desde el punto de vista de las normas lingüísticas, y lógicamente vinculada, tiene un significado pero no tiene sentido, o sea, no es un texto y no lo será mientras no esté relacionada con los factores relevantes de una situación comunicativa dada. Sólo será un contexto lingüístico que tiene un significado contextual, una semántica, o lo que es lo mismo, el contenido lingüístico del texto. El mismo contenido lingüístico puede dar lugar a muchos textos de distinto, y, a veces, hasta contrario sentido en función de las diferentes situaciones comunicativas, como se deduce del ejemplo: ¿Quieres café? -(Sí/No), me quita el sueño.

La respuesta puede ser interpretada como negativa o como positiva. Será positiva en el caso de que el hablante quiera mantenerse despierto para seguir trabajando, por ejemplo.

En la literatura hay bastantes ejemplos que demuestran la imposibilidad de comprender el sentido y quedarse sólo a nivel de la comprensión del significado del texto por ignorar uno u otro factor relevante de la situación comunicativa.

El significado de cualquier unidad lingüística tiene naturaleza enciclopédica, puesto que los significados no sólo fueron elaborados ("acordados") por la sociedad en el transcurso de su actividad colectiva sino que se aprenden también en el transcurso de diferentes tipos de actividad, incluida la comunicativa, aunque cabe señalar que los conocimientos y las experiencias se guardan en la memoria colectiva e individual no sólo y no obligatoriamente en forma de significados, sino también en forma de sentimientos, emociones, asociaciones, etc. Al mismo tiempo, el carácter objetivo de los significados lingüísticos no implica que se perciban como absolutos por el individuo. Cada comunicante concibe e interpreta el significado lingüístico en función de sus motivos y objetivos, de sus conocimientos extralingüísticos, valores y preferencias, y es precisamente aquí donde se abandona la esfera del significado (la lingüística) y se entra en la esfera del sentido (comunicación).

Ahora bien, la semántica del texto es el resultado de la interacción de los significados de sus diferentes elementos (palabras, formas gramaticales, estructuras de las oraciones, prosodia), es decir, el concepto de significado se extiende no sólo al léxico, sino a todas las unidades del contexto lingüístico en su interacción. Por lo tanto en adelante, al hablar de la semántica del texto o su contenido, nos referimos al significado del contexto lingüístico en su totalidad incluyendo tanto las formas gramaticales como el léxico en su interacción semántica.

Naturaleza del sentido

A diferencia del significado, el sentido es una categoría extralingüística y subjetiva ya que es el producto del motivo y objetivo de la actividad comunicativa del individuo en una situación dada. Será difícil encontrar dos individuos que reaccionen de la misma manera ante la misma situación comunicativa. El carácter subjetivo del sentido, así como la falta de relación unívoca (one-to-one) entre el significado y el sentido del texto, no llevan, sin embargo, a la non-communication cuando el destinatario del texto posee los conocimientos extralingüísticos necesarios. La mejor garantía de la comprensión del sentido es una misma situación comunicativa común a los comunicantes, en el caso de que pertenezcan a la misma cultura (y que, desde luego, cambia con el paso de una cultura a otra). Los casos de falta de comprensión del sentido dentro de la misma cultura no se deben a razones lingüísticas sino exclusivamente a las extralingüísticas: competencia insuficiente del destinatario o del autor del texto que no supo expresarse correctamente (falta de lógica, infracción de las convenciones del comportamiento verbal), la no coincidencia de la escala de valores, posturas, etc. Habida cuenta de que es difícil encontrar dos individuos que tengan los mismos conocimientos, vivencias, experiencias o valores, el sentido del autor del texto se diferencia en mayor o menor medida del de cada uno de sus receptores, lo que constituye una característica generalizada de la comunicación verbal, tanto monolingüe como bilingüe. Ningún mensaje es nunca comprendido perfecta y totalmente.