EL CONCEPTO DE EQUIVALENCIA EN TRADUCCIÓN 7 страница

La subfase de búsqueda de equivalentes es el primer paso hacia la realización de la estrategia elegida, se podría decir que es la elaboración del primer borrador. En esta subfase, la actividad del traductor es más bien fragmentaria, puesto que se avanza de un fragmento/enunciado a otro.

La subfase de producción del TM es una actividad especial (a veces se llama en sentido metonímico actividad textual) que persigue el objetivo de producir un texto coherente de acuerdo con su lógica, con las normas del comportamiento verbal y no verbal de la cultura meta, en general, y con las convenciones textuales, en particular (en el caso de que se trate de un texto convencional). En esta subfase el traductor relaciona diferentes fragmentos en un todo, asegura un nivel de redundancia sensato, así como un nivel de explicitud que corresponda al PCA del TO y sea, al mismo tiempo, suficiente para el destinatario del TM.

La subfase de revisión/autocorrección del TM no se establece a partir de la estructura de la propia actividad sino a partir de lo que podríamos denominar la ética profesional. El traductor, como profesional, debe revisar su trabajo varias veces antes de entregarlo al cliente y debe saber hacer esta revisión a partir de su doble papel de coautor del TM, es decir, de realizador de un programa conceptual ajeno, y del de autor de un TM que debe ser adecuado a la nueva situación comunicativa.

Antes de pasar a un análisis bastante breve de las competencias cognitivo-culturales que necesita el traductor en cada una de las fases y subfases de su actividad, cabe señalar, una vez más, que el proceso de la traducción realizado por un profesional, resulta mucho más interiorizado. La interiorización de las sucesivas subfases de cualquier actividad depende del nivel de profesionalidad. A medida que los alumnos vayan acumulando experiencia, tendrá lugar la interiorización del proceso y el sistema de ejercicios se hará más ahorrativo, menos exteriorizado, aunque aparecerán otros tipos de problemas en virtud del grado de dificultad y del tipo de textos traducidos.

En la traducción como proceso comunicativo bilingüe intervienen tres participantes. El remitente formula el texto de partida que es percibido por el traductor, el traductor recibe el texto original e interpreta (transcodifica, transfiere, reformula mediante otro sistema lingüístico) para el receptor final y finalmente el receptor final percibe el texto formulado por el traductor. ¿Qué tiene de particular este esquema? En primer lugar, el hecho de que el receptor del texto original (el traductor) no es un receptor habitual, sino que lo percibe con el objetivo de reformularlo para el otro receptor y su actitud es de sopesar las dificultades tanto lingüísticas como extralingüísticas que pueden obstaculizar la interpretación del texto terminal por el receptor final, Ya que la comunicación es bilingüe, la primera fase de la comunicación se realiza en una lengua y la segunda en la otra. Tenemos presentes dos culturas en el sentido amplio de la palabra y dos situaciones comunicativas, la de la fase de comunicación entre el remitente del texto original y el traductor y la de comunicación del traductor con el receptor del texto final. Detrás de cada texto (el original y el final) hay dos situaciones objetivas, reales que reflejan los textos; en un caso ideal estas situaciones deberían ser idénticas, pero en realidad, debido a que la transferencia se hace no sólo en el plano lingüístico, sino también cultural que tiene que ver con la visión y conceptualización del mundo por los hablantes de diferentes culturas y experiencias, es bastante complicado igualar estos dos textos por completo.

De tal manera, la traducción puede ser descrita como un proceso dividido en dos movimientos: uno de análisis (del texto de salida u original) y otro de síntesis (del texto de llegada o versión traducida).

E.Nida y Ch.Taber señalan los siguientes pasos (fases) en el proceso de traducir:

1. análisis;

2. transferencia;

3. reestructuración;

4. comprobación.

B.Hatim y J.Mason pormenorizan el proceso de la siguiente manera:

1. Comprensión del original: a) análisis gramatical y léxico; b) recopilación de datos especializados; c) asimilación del significado.

2. Transferencia del significado: a) transmisión del significado léxico; b) transmisión del significado gramatical y c) transmisión del significado retórico.

3. Revisión de la versión: a) legibilidad, b) conformidad con las convenciones del discurso de la lengua de salida, c) adecuación al objetivo de la traducción.

Análisis del texto objeto de traducción

La primera etapa del proceso traductor es una de las más importantes porque, en primer lugar, permite esbozar la estrategia de traducción. La tarea comienza como regla general con la lectura del original. No es lo mismo la lectura ordinaria que la de un traductor. Este último, en primer término, debe analizar la intención del texto y la forma en que está escrito el texto para seleccionar el método más adecuado para su traducción. De ahí ya comienza a identificar problemas concretos y repetidos.

Después de la primera lectura comienza a consultar enciclopedias, manuales o artículos en revistas de investigación para captar el tema y los conceptos. Para el traductor lo primero es siempre la función y sólo después la descripción. A veces la función del texto es oblicua — parece que se trata de una cosa, pero en el fondo procura otra: a primera vista parece que se trata de buenos fármacos y el avance de las ciencias farmacéuticas, pero resulta que no es otra cosa que una publicidad encubierta.

Hace falta consultar el nombre propio, las palabras que parecen confusas o inadecuadas, etc.

La actividad del traductor parece un iceberg: se ve sólo una pequeña novena parte del trabajo hecho previamente por el traductor antes de abordar el propio trabajo. La intención del texto representa la postura del escritor de la LO con respecto al tema. Muchas veces esto se ve a través de pequeños detalles, de palabras como aunque, desgraciadamente, etc. Es muy importante captar la tonalidad del texto, distinguir los casos de empleo irónico de las palabras, etc.

La intención del traductor normalmente debe coincidir con la intención del autor. Pero puede haber casos de no coincidencia, por ejemplo, un anuncio publicitario no se traduce como anuncio sino como material informativo. Un manual de instrucciones puede demandar más explicitación por parte del traductor en vistas de que el lector sea menos cultivado.

La determinación de la función del texto es primordial, ya que permite tomar la decisión en cuanto a la modalidad de traducción que se pretenderá a conseguir. P.Newmark propone la siguiente división de textos a raíz de las principales funciones del lenguaje que, según K. Bühler, son las siguientes: informativa, expresiva, apelativa, poética y metalingüística. A partir de ahí todos los textos pueden ser clasificados en textos informativos, expresivos, poéticos y apelativos (o vocativos). No se separan los textos metalingüísticos porque la función metalingüística es la capacidad de la lengua de ser descrita por sí misma y no constituye un tipo de texto particular. Cuando hablamos de textos expresivos o apelativos entendemos sólo su función dominante, ya que en realidad no existen textos que no contengan información, pero desde la óptica de la función que vienen a cumplir pueden ser referidos como informativos, o expresivos, o apelativos. De esta manera, como textos informativos entendemos todo tipo de textos periodísticos, menos entrevistas y artículos de opinión; los textos científico-técnicos son todo tipo de textos de carácter cognitivo, ya sea manuales, libros de textos, etc. A la categoría de los textos expresivos pertenece toda la literatura artística, algunos materiales de periódicos y revistas, textos autoritativos como memorias de figuras célebres de distintos ámbitos de la vida, artistas, pintores, políticos, etc. Estos textos, a diferencia de la clase de textos anterior, no sólo informan sino que también llevan una gran carga de contenido subjetivo, emotivo y están escritos no sólo para dar a conocer ciertos datos sino también para compartir una actitud, unas valoraciones, emociones o experiencias, personales o ficticias como suele ocurrir en las obras literarias. Los textos apelativos están escritos precisamente para animar a los lectores a actuar de cierta manera. Desde luego, contienen información y probablemente encierran valoraciones y emociones, pero están llamados, en primer lugar, a hacer actuar de cierta manera. A esta clase de textos se suele referir todo tipo de publicidad comercial (\compra!) o social (No fumes, no uses drogas..., etc.). También a esta clase de textos pertenecen los textos bíblicos (sagrados), ya que al fin y al cabo persiguen el objetivo de convencer a sus destinatarios en los preceptos de la fe.

Cabe señalar que esta división de los textos en cuatro grandes clases difiere de la clasificación comúnmente aceptada en la estilística funcional, basada en los postulados de V.Vinográdov, que separa cinco estilos funcionales (estilo libresco, coloquial, oficial, científico-técnico y periodístico) y que éstos se solapan sólo en parte con la clasificación arriba expuesta. Sin pretender desmentir ni criticar la clasificación de los textos según sus estilos funcionales tan sólo mencionemos que para los fines de la traducción consideramos más apropiada la primera, aunque en etapas más avanzadas del estudio de las particularidades de la traducción por géneros puede valer la clasificación de V.Vinográdov.

Una vez definida la clase de texto que se va a traducir se procede a su análisis, que a su vez puede ser desglosado en un análisis de la información referencial que contiene el texto y el análisis de sus particularidades léxico-gramaticales y estilísticas.

Es de suma importancia darse cuenta de los hechos, lugar y tiempo que se describen en el texto, características de los personajes, etc. Este tipo de información es fundamental para dar una traducción fiel, sin tergiversar los hechos. Se suelen citar casos curiosos en que el traductor no supo transmitir correctamente ciertas referencias del texto original, y a pesar de haber hecho correctamente toda la transmisión del contenido del texto original menos ciertas referencias, estos errores llevaron al fracaso de la traducción. Para un traductor con experiencia precisamente esta parte puede causar más problemas y pérdida de tiempo. Es necesario transmitir correctamente las siglas y otras abreviaturas que muchas veces constituyen un auténtico rompecabezas, los nombres propios, especialmente si pertenecen a una tercera cultura, los nombres de instituciones y partidos, los nombres de ciudades y hasta los países, que a veces cambian con el tiempo. Un caso particular constituyen las citas de obras literarias, en especial si éstas no están traducidas aún a la lengua de llegada.

El texto posee regularmente la información sociocultural que refleja el estatus social del hablante y el medio social y cultural que describe o al que pertenece. Normalmente, esta información viene representada en el texto mediante léxico sin equivalencia, muchas veces es implícita y requiere conocimientos de fondo del traductor para poder identificarla y transmitirla adecuadamente.

La información sociolocal también forma parte del texto original y refleja la procedencia de los personajes, su estatus social, etc.

La información cronológica viene expuesta mediante el empleo de los vocablos llamados arcaísmos, el uso anticuado de la sintaxis y tiempos gramaticales.

La información asociativa está estrechamente relacionada con la visión del mundo y los conocimientos de fondo del autor del texto original. Se manifiesta mediante todo tipo de comparaciones, metáforas, etc.

Las alusiones de forma implícita hacen referencia a ciertos datos y hechos que de una u otra manera pueden contribuir a la expresividad del texto y encubrir ciertos motivos del autor.

Si bien el componente arcaico hace referencia al tiempo de la creación de la obra, los neologismos acercan el texto a la actualidad, indican que se trata de información novedosa.

La información funcional y pragmática ayuda a entender qué efecto pretendía obtener el autor en el momento de dirigirse al destinatario. La información pragmática es decisiva a la hora de determinar el tipo y el género del texto que, como ya hemos señalado, es el punto de partida para determinar la estrategia traductora más general.

El traductor debe saber diferenciar todos los tipos de información que contiene el texto y, dependiendo de los factores comunicativos, ante todo la personalidad del receptor del texto meta, tipo de texto a traducir, papel que cada tipo de información cumple en la estructura del texto, tomar la decisión sobre su reproducción.

El análisis léxico-gramatical del texto incluye la búsqueda de los vocablos y expresiones que son desconocidas o parecen difusas o inadecuadas en el texto. Se analiza la estructura de las frases y los modos de encadenamiento de las oraciones en el texto.

Para la correcta comprensión del texto que se va a traducir es recomendable también consultar la información sobre el autor: el tiempo y las circunstancias en que escribió la obra, su ideología y convicciones, gustos y preferencias, etc.

Es necesario igualmente analizar el estilo en que está escrito el texto, donde se suelen distinguir cuatro variedades:

¯ Narración — énfasis en los verbos, a veces en los verbos "vacíos" — construcciones analíticas de tipo — prestar atención, dar paliza, incurrir en error, etc.

¯ Descripción tiene el énfasis en los verbos copulativos, muchos adjetivos y nombres adjetivales.

¯ Argumentación es un tipo de exposición donde predomina el tratamiento de ideas que resaltan los nombres abstractos (conceptos), verbos de pensamiento y actividad mental (considero, sostengo, etc.), argumentos lógicos y conectivos.

¯ Diálogo — en este tipo de textos se enfatiza lo coloquial y fático.

Desde el punto de vista estilístico también es necesario determinar a qué registro pertenece el texto (oficial, formal, neutro, coloquial, vulgar), separar las figuras estilísticas que contiene y qué función desempeñan en el texto.

La escala de formalidad puede ser desglosada de diversos modos; P. Newmark cita como lo han hecho Mertin Joos y Stevens:

§ Oficial burocrático: Está categóricamente prohibido en este establecimiento el consumo de todo tipo de alimento sólido.

§ Oficial: Está prohibido el consumo de alimentos.

§ Formal: Se ruega no consumir comida en este establecimiento.

§ Neutral: No está permitido comer aquí.

§ Informal: Por favor, no coman aquí.

§ Coloquial: Aquí no se puede papear.

§ Argot: Dejen de jalar.

§ Tabú: Coño, dejen de jalar.

Desde el punto de vista de la escala de dificultad o generalidad se puede dividir los textos en:

- Simples

- Populares

- Neutros

- Educados

- Técnicos

- Opacamente técnicos

La escala del tono emotivo puede ser representada de la manera siguiente:

ü Intenso, "caliente" — uso abundante de intensificadores — absolutamente maravilloso, etc.

ü Cálido — dulces, suaves y gratas melodías.

ü Objetivo, 'fresco' — significativo, atractivo, presentable.

ü "Frío", con atenuación — No... sin cierto orgullo.

Entre la formalidad y el tono emotivo hay cierta correlación.

El traductor normalmente se difiere del lector habitual de la obra original, porque al leer no sólo piensa en el contenido de lo escrito, sino también en el hipotético, el más probable lector de su traducción. De ahí, que trate de sopesar las dificultades en captar el contenido del mensaje traducido. Quizás valga la pena tratar de evaluar su grado de formación, clase social, edad, sexo, si es que están marcados.

Normalmente el lector de la traducción suele ser una persona culta, de clase media y su estilo no es tanto coloquial como informal. Lo que ocurre con frecuencia es que el traductor novato lo mide a su talla y representa todo en un estilo demasiado íntimo y coloquial o, al revés, demasiado formal u oficial. Las dos cosas delatan casos de "traslacionismo".

Otro momento relevante al evaluar el texto original es la actitud del autor respecto al texto que se manifiesta mediante palabras como adecuado, justo, regular, pobre, corriente, lo que solemos llamar la modalidad subjetiva.

Finalmente, si se trata de una publicación posterior de su traducción se debe evaluar cómo es, a qué tipo de lector está dirigida y cuáles son las convenciones de tal o cual revista, libro, periódico, etc.

La calidad de la escritura: tiene importancia la autoridad del texto. No todos los textos que traducimos están bien escritos, por eso al analizar la calidad de la escritura ya podemos ver si hace falta prestar mucha atención al estilo del texto original o si vale la pena "mejorarlo".

Resumiendo lo dicho acerca del análisis del texto podemos citar a P.Newmark, que dijo: "Las reglas y preceptos de la lengua no tienen nada que ver con el arte de escribir". El nivel textual puede contener gran cantidad de información, tanto explícita como implícita, de distinta índole. En función del tipo de texto a traducir, esta modalidad de la información puede variar y su transferencia al texto meta puede ser obligatoria o no.

Cuando es un texto expresivo o vocativo, éste posee otro tipo de información que no es denotativa (referencial), y contiene ciertos matices que cumplen otras funciones del lenguaje, además de la informativa. El texto a traducir puede poseer, especialmente cuando es un texto expresivo, información connotativa. Bajo la connotación se entiende todo el abanico de información expresiva, emotiva, subjetiva que sirve para expresar la actitud del hablante, del escritor, hacia la información denotativa. Todos los textos expresivos y la mayoría de los textos vocativos tienen información connotativa, que suele estar implícita en vocablos, como:

niño — crío — nene

pedir — suplicar — dirigir una solicitud

La información connotativa puede expresarse mediante léxico connotativo, mediante sufijos, fraseología, colocación descomún de un vocablo dentro del texto, etc.

La última lectura

Ésta sirve para considerar el aspecto cultural del texto de la LO, subrayar todos los neologismos, metáforas, términos culturales e instituciones características de la LO o de la tercera lengua, nombres propios y palabras "intraducibies". Se recomienda subrayar las palabras que se necesita estudiar dentro y fuera del contexto para establecer sus campos semánticos, sus fronteras.

Requieren una atención especial todos los párrafos donde hay problemas de comprensión y, por consiguiente, de traducción.

Una vez hecho el análisis del texto, ya se puede definir la estrategia de traducción. Es obvio que un poema no se traduce igual que un manual de instrucciones de uso de un electrodoméstico. Entre la diversidad de planteamientos de cómo debe hacerse una traducción, se pueden distinguir dos tendencias opuestas que vienen marcando toda la historia tanto de las traducciones como de la traductología propiamente dicha. Los adeptos de la 'fidelidad' de la traducción abogan por una traducción más literal, que se atiene más al original, mientras que otros dicen que lo esencial es transmitir el sentido sin atenerse mucho a las palabras. Es más apropiado el enfoque de aquellos traductólogos que ponen la modalidad de la traducción en función de la clase de textos que se traduce. R Newmark considera que la traducción comunicativa es más adecuada a los textos informativos y apelativos. Mediante este tipo de traducción se intenta transmitir el sentido del original de tal manera que sea aceptable en la cultura de llegada como si fuera un texto original. Figuradamente se puede decir que con este tipo de traducción acercamos el texto traducido a la cultura de llegada. Si el texto es expresivo o poético, la traducción debe llevarse a cabo de manera que el lector sea acercado a la cultura y al mundo del autor de este texto. En este caso la traducción, aunque sea correcta desde el punto de vista de la gramática, conservará las peculiaridades del estilo y del vocabulario, de las figuras estilísticas empleadas por el autor aunque éstas suenen a veces raras e inusuales.

A veces, dependiendo del encargo de traducción, se escogen otras estrategias. A veces ciertos documentos legales requieren una traducción literal, que hasta distorsiona la lengua de llegada y suena afectada y rebuscada. Otras veces se recurre a la adaptación del texto de la traducción, especialmente cuando el destinatario de la traducción es niño o adolescente, puede haber casos de adaptación si se trata de literatura infantil, obras de teatro, durante el doblaje de películas, etc. Y finalmente, para los fines muy específicos se hace la traducción 'uno-por-uno', como por ejemplo, cuando se trata de una traducción auxiliar de la traducción de la poesía: el traductor que no es poeta a veces ayuda con la traducción uno por uno al poeta que desconoce la lengua.

En suma, son unos de los factores (según P.Newmark) que se deben tomar en consideración a la hora de traducir: 1,2,3) la lengua de partida: su estructura, sus normas y su uso 4) cultura de origen; 5) el autor del texto; 6, 7, 8) la lengua de llegada: su estructura, sus normas y su uso, 9) la cultura de llegada, 10) el destinatario de la traducción, 1 l)las preferencias y los gustos del traductor, 12) el propio texto objeto de traducción.

Un papel dominante lo desempeña la situación comunicativa, o sea, las condiciones en que se hace la traducción.

En el concepto de la situación comunicativa se incluyen componentes como 1) personalidad del remitente de la comunicación — sus características personales, sociales, preferencias, sus conocimientos de fondo, sus presuposiciones; 2) el por qué y el para qué del acto de comunicación, el motivo y el objetivo del acto de comunicación; 3) lugar y tiempo de comunicación, circunstancias de la comunicación; 4) personalidad del receptor.

La personalidad del autor del texto original es significante para el traductor y se puede ver cierta dependencia entre el contenido del texto y su autor — en el caso de un texto político, al traductor le interesa el país de origen del autor, su militancia en el partido, su postura ideológica; en el caso de un texto artístico — sus gustos y preferencias, puede ser su filosofía, situación en que creó sus obras, la naturaleza que le rodeaba, etc.; en el caso de un texto técnico es deseable saber la profesión del autor y su ocupación.

En el concepto de la cultura se incluyen todos los fenómenos socioculturales que determinan el comportamiento verbal y no verbal del individuo. Según Z. Lvovoskaya, estos fenómenos tienen naturaleza cognitivo-cultural. Al pasar de una cultura a la otra cambian ciertas orientaciones sociales, algunos conceptos e incluso algunos sistemas conceptuales, así como ciertas normas de comportamiento verbal y no verbal. Y el traductor es el que decide cuándo y cómo traducir o interpretar en virtud de su conocimiento de estas culturas.

Este esquema está propuesto por Alexandr Shvéitzer, pero esquemas similares proponen casi todos los teóricos de la traducción en la actualidad. La diferencia consiste en la detallización de los componentes de la comunicación bilingüe. Ya este esquema demuestra que la traducción es un acto comunicativo verbal que viene determinado por varios factores, parte de los cuales son lingüísticos y otros extralingüísticos.

La teoría general tiende a abarcar toda la variedad de tales factores, pero en la realidad, durante la traducción unos factores son relevantes y otros no. Enumeremos los factores más relevantes que suelen determinar la opción del traductor cuando éste, al recibir el texto original, lo transfiere en la otra lengua (otro código lingüístico).

Factores extralingüísticos:

Discrepancias culturales. Ciertos fenómenos expuestos en el texto original pueden resultar incomprensibles para el receptor de otra cultura. Como una ilustración se pueden citar alusiones a las obras literarias, personajes políticos, la corrida, las fiestas tradicionales como las Fallas o las procesiones de Semana Santa. Estas alusiones suelen llevar valoraciones socioculturales. Es obvio que las alusiones al nacionalismo o al ateísmo, por ejemplo, suscitarán valoraciones totalmente diferentes en las sociedades española y ucraniana, y el cuadro sería totalmente diferente si el destinatario fuera del mundo árabe islamista.

Discrepancias temporales e históricas. Nos referimos a los casos en que la aparición de cierta obra literaria o de algún tratado filosófico o de otra ciencia humanística y su traducción son separados por lapsos de tiempo bastante prolongados. En este caso se trata de un cambio muy brusco no sólo del trasfondo cultural sino también del cronológico. La obra inmortal de M. de Cervantes había sido escrita como una parodia a las novelas caballería, las aventuras de Gulliver es una sátira de la Inglaterra del siglo XVIII, pero hoy en día tienen distinta percepción y son valorados de diferente modo por las distintas capas de la sociedad ucraniana.

Discrepancias a raíz de la personalidad del receptor del texto final y personalidad del autor del texto original,de sus valoraciones, sus papeles sociales; motivos y objetivos.

Normas del comportamiento verbal yno verbalen ambas culturas (tú, usted).

Lugar de comunicación permite al traductor comprender mejor su papel y buscar medios adecuados para la situación.

Factores lingüísticos:

§ Discrepancias en cuanto al volumen informativo de ciertos vocablos, sus connotaciones y situaciones de uso.

§ Discrepancias estructurales en la gramática, en primer lugar, a nivel de la sintaxis, cuando en una de las lenguas faltan ciertas categorías gramaticales o la estructuración del enunciado no encuentra su contrapartida en la otra lengua, por ejemplo, las construcciones con infinitivo en español: Al terminar el trabajo, nos volvimos a casa, etc.

§ Discrepancias estilísticas: la estructura del texto original puede no tener análogos en la lengua final. Esto se refiere, en primer lugar, a las obras artísticas, tales como formas poéticas, por ejemplo, las dumas ucranianas; los haiku japoneses, etc.

§ Tradiciones de la traducción establecidas en la literatura y la lengua, para qué se hace la traducción, la moda dominante en la época cuando se hace la traducción (períodos de prevalescencia de las traducciones 'domesticadas' y otros cuando se daba preferencia por una traducción 'literal').

§ Clase de texto: puede tener forma establecida, rígida o puede tener forma libre.

§ Función dominante del texto a traducir: normalmente se separan textos informativos, expresivos, poéticos y vocativos.